La celebración del Día Mundial de la Salud Mental es una iniciativa de la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH, en sus siglas en inglés) que se celebra en más de 100 países y que este año en España se realiza bajo el lema “La salud mental, un derecho necesario. Mañana puedes ser tú“.
Es importante recordar que somos responsables de nuestros procesos y que podemos hacer mucho para sentirnos bien. Hay quienes no pueden decidir tan fácilmente cómo sentirse y desde ahí acompañamos con amor y una mirada de comprensión. Para la OMS la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En este sentido positivo, la salud mental es el fundamento del bienestar individual y del funcionamiento eficaz de la persona en su comunidad. Pero cuando atravesamos un proceso de inestabilidad emocional y mental muchas veces no lo registramos así. No nos damos cuenta, pero sí lo perciben las personas que nos rodean.
No puedes cambiar aquello que no te das cuenta de que es un problema. Por ello es de vital importancia comprender el efecto que ejercen los conflictos del alma en la evolución de la enfermedad.
Ángeles Wolder
Catón el Joven, literato, dijo: Ser cuerdo es saber disimular la locura. Una frase muy oportuna cuando hablamos de salud mental, ya que cuesta delimitar lo que se considera normal de lo que no. Resulta complicado definir el término psicosis y con frecuencia se usa de manera incorrecta, no solo en los medios de comunicación, sino desafortunadamente también entre los profesionales de la salud mental. Por otro lado, el concepto ‘psicosis’ viene cargado de estigma y miedo, y a veces incluso se llega a utilizar el término peyorativo “loco” para psicosis o para cualquier broma de mal gusto.
La psicosis es un síndrome, lo que significa que es una mezcla de síntomas, que puede estar asociado a diferentes trastornos psiquiátricos, pero sin considerarse un trastorno específico por sí mismo en las clasificaciones actuales como el DSM o la CIE. Implica delirios, alucinaciones y puede ser considerada como un grupo de síntomas en los que la capacidad mental, la respuesta afectiva y la capacidad para reconocer la realidad, comunicarse y relacionarse con otros están limitadas.
Descodificación Biológica y trastornos del comportamiento
Para la Descodificación Biológica un trastorno mental es un trastorno de comportamiento (TC) ya que lo que se modifica en la persona que lo experimenta es un cambio en sus conductas. Por ejemplo, en el caso del Trastorno de Paranoia la persona se vuelve desconfiada y en el caso del TOC la persona usa conductas de reaseguro a partir del momento en que sintió que algo se le iba de las manos.
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Algo que si está presente en todos los TC es una afectación de las emociones. La sede de las emociones se encuentra en el cerebro, y no en el corazón, como pregonan parte de la literatura y el arte en general. Concretamente, en una serie de circuitos neuronales, en su mayoría ubicados en las profundidades del cerebro, conocidos comúnmente como sistema límbico del que forman parte la amígdala cerebral, el hipocampo y el giro del cíngulo en íntima conexión con la corteza cerebral. Estas áreas tienen períodos críticos en su desarrollo que son los momentos de poda sináptica, instantes en los que se produce la eliminación de las sinapsis excesivas con las que ha nacido el bebé.
La primera gran poda se da con la primera respiración justo al nacer. Otra etapa reorganizadora es en los primeros años de vida, específicamente entre los 7 y los 14 años al que sigue la eliminación de las neuronas que no son necesarias y sus conexiones para aumentar la eficiencia de las transmisiones neuronales en la adolescencia.
este proceso es muy necesario ya que desde el nacimiento se van formando muchísimas conexiones, hasta cinco veces más de las necesarias (imagina un árbol con un crecimiento de ramas y hojas hasta cinco veces más de lo que su propia estructura puede soportar. Seguramente se vería cada vez deslucido y se iría apagando poco a poco). Igual que con las plantas, que al podarlas vuelven a crecer brotes nuevos y se ve hermosa, lo mismo ocurre con el sistema nervioso que al reducir conexiones y generar espacio se genera un ambiente en el que es posible aumentar la plasticidad neuronal.
Os cuento esto porque si el bebé, niño o adolescente en estas etapas tan preciadas para la estabilidad emocional, vive situaciones de carencia, maltrato, violencia, violación, abuso o negligencia límite no tendrá las condiciones necesarias para establecerse como un adulto sano y autónomo.
¿Pudieron nuestros padres, cuidadores, maestros o acompañantes de vida enseñarnos como regularnos a nivel emocional? Quizás no nos pudieron mostrar cómo hacerlo porque ellos no sabían hacerlo. Si cuando llorabas te decían: “no llores” o cuando sentías ira te decían “no te enfades” es porque esa persona no tolera esa emoción concreta que te propone no sentir. No es fácil aprender a hacerlo y sin una guía aún más complicado.
Entonces, ya sabes el camino para tener bienestar y tranquilidad mental: comprender lo que se siente, permitirse sentirse, tolerar en el sentido de estar es la emoción y no escapar para integrar la experiencia lo más completa posible.
Ángeles Wolder
Otro elemento importante es la necesidad del grupo y la experiencia de la soledad que agrava cualquier enfermedad.
Por aquí te dejo el directo que realicé hace unos días a través de mi canal de Instagram, en el que hablé sobre los Trastornos Mentales en motivo del Día Mundial de la Salud Mental:
Lógica biológica: todo síntoma tiene un sentido
Para la Descodificación Biológica toda conducta y todo síntoma tiene una explicación y un origen y podemos preguntarnos ¿para qué le sirve a una persona crearse una realidad paralela?
Salvador Dalí dijo “Mi locura es sagrada, no la toquen” porque ese grado de desconexión con la realidad le permitía ser él mismo, algo que relacionaba, igual que muchos otros, con LIBERTAD en mayúsculas.
En función del trastorno y las conductas asociadas podemos describir los conflictos relacionados.
Las principales clases de enfermedades mentales
- Trastornos del neurodesarrollo.
- Espectro de la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos
- Trastorno bipolar
- Trastornos depresivos
- Trastornos de ansiedad
- Demencias
- TOC
- Trauma
- Trastornos de adaptación
- Trastornos disociativos
- Trastornos de personalidad
- Trastornos destructivos del control de los impulsos y de la conducta
Importante: Recuerda que siempre es recomendable que acudas a un especialista para el diagnóstico y/o tratamiento de cualquier síntoma que presentes.
La lista de clasificación es larga y es una forma de etiquetar y conocer las características del cuadro y en muchos casos de planificar un tratamiento. La DB invita a reflexionar sobre los dos conflictos que, unidos, dan un resultado diferente. Un solo conflicto produce un síntoma físico y dos conflictos un cambio en el comportamiento. Con frecuencia estos cambios en la persona producen miedo y se genera un estigma alrededor de la enfermedad.

La palabra estigma proviene del latín stigma, y significa marca o señal en el cuerpo. El estigma es una etiqueta negativa que se pone a las personas y que dejan una huella profunda con mucha dificultad de poder liberarse de ella. En el caso de las personas con trastornos mentales, la sociedad suele etiquetarlos de peligrosos, extravagantes, sucios, despreciables, impredecibles, débiles, inadaptados e inútiles, lo que genera actitudes de temor, desconfianza y desagrado y actos discriminatorios de rechazo hacia ellos. Estos estereotipos hacen que la persona se sienta cada vez más aislado y señalado. Un estudio realizado por Borenstein en 1992 dio como resultado que muchos norteamericanos atribuían al alcohol y a las drogas y en un 58% a la falta de disciplina.
Con frecuencia la percepción de la sociedad acerca de la enfermedad mental está basada más en prejuicios, sesgados por el desconocimiento y la desinformación, influenciados por el sensacionalismo de los medios influenciables de comunicación que reportan solo casos en los que personas con un trastorno mental han sido responsables de cometer actos de violencia graves, a pesar de que la mayor parte de los estudios epidemiológicos no confirman que las personas con trastorno mental sean más violentas que el resto de la población.
Un gran daño produce también el autoestigma internalizado debido a las actitudes negativas que ha recibido. Como consecuencia de ello hay una profunda desvalorización, disminución de la calidad de vida, sensación de ineficacia y agravamiento de los síntomas.
El miedo a la locura es probablemente lo que nos lleva a tachar y querer aislar a la persona que tiene este tipo de trastornos en lugar de comprender el para qué de una determinada conducta. Por ello, para finalizar, te dejo una pregunta:
¿Tengo miedo a la locura? Y en ti la respuesta.
Existe una palabra para definir el momento en que fantasía y realidad se mezclan: locura
Laia Soler
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