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¿Eres una persona controladora? Aprende a sobrellevarlo sin dejar de sentirte seguro/a.

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El control forma parte de nuestra seguridad y supervivencia, del mismo modo que otras emociones. 

Controlar implica tener bajo nuestra supervisión aquello que pueda suponer un peligro o amenaza y reconocer las pistas adecuadas para aplicar la mejor estrategia. Es como cualquier otra emoción, sentimiento o comportamiento: una herramienta de regulación, que si se equilibra bien puede servirnos de gran ayuda y hacernos sentir seguros. 

Lo que no es sano en ninguno de los aspectos, es cuando tenemos un bajo o un excesivo control, principalmente esto último, ya que activa el “modo preocupación continúa” en la persona que lo sufre, disfrazado de un “yo puedo con todo y sé cómo se hace (a mi manera)”. Las preocupaciones, en un 95% de los casos, no se van a cumplir.  

Existe una falsa seguridad que viene envuelta en el manto del control. Las personas con tendencia a controlarlo todo y a todos son inteligentes y procuran tener el poder o el mando, pero lo hacen porque internamente están sufriendo enormemente una inseguridad. Seamos piadosos con todos y no pongamos juicios, sino comprensión y empatía para saber por qué se actúa de una manera u otra. 

Consejos que no funcionan

¿Recomendaciones? No, gracias. 

Es imposible que a alguien que está en el control se le recomiende: suelta, confía, delega, cede, déjalo como está, fíate, no todo puede estar como tú quieres, acepta… y tantas otras palabras o frases que solemos usar porque no son la solución y solo provocan malestar y angustia que se recubrirá de fortaleza para no ser visto en su vulnerabilidad. 

Mil veces puedes oír “no te preocupes” que, si el problema está visible, uno no se puede tranquilizar y dejar de pensar en ello.  

Esto es un indicador de que no se tiene que intentar cambiar el comportamiento a través de cambios de conducta porque frustra más a la persona cuando no consigue el propósito. Es más, el control tiene un comportamiento adictivo y la persona que controla se siente muy bien porque le da mucha seguridad.  

Consecuencias e implicaciones del control excesivo

Por eso, la propuesta es hacer una modificación desde la regulación del sistema nervioso y así el comportamiento cambiará o dejará de ser prioritario para la persona en cuestión, ya que sentirá esa seguridad que necesita. ¿Por qué? Porque las personas controladoras están gobernadas por su sistema nervioso simpáticoviven en estrés y alerta y no pueden relajarse, aunque lo intenten.  

Por ejemplo, estás mirando una película, pero la atención dividida te permite ver cómo está colocado el florero o corregir la tarea de tu hijo y todo al mismo tiempo.  

El control es un mecanismo adaptativo que tiene como objetivo permitir un sentimiento básico y vital: la seguridad.  

Presta atención para saber si estás en el grupo de los controladores. Si eres del tipo “necesito controlar todo” te habrás escuchado en alguna ocasión diciendo:  

  • Haz las cosas como se han de hacer.  
  • Yo sé qué es lo correcto para todos.  
  • Deja eso, no sabes hacerlo. Ya me ocupo yo.  
  • Pásame lo que haces que yo lo corrijo.  
  • No lo envíes antes de que yo lo vea.  
  • Tardo más en explicártelo que en hacerlo yo. 

¿Has pensado así alguna vez? Si esto te pasa con frecuencia, probablemente tengas un perfil característico de persona controladora y esto te puede estar afectando a ti y a las personas que te rodean.  

Cómo te afecta el control a ti mismo 

Seguramente el cuerpo y la cabeza te pasan factura con enfermedades muy repetitivas: ¿Sufres de contracturas musculares, dolor de espalda, estreñimiento, cistitis, migrañas, acidez estomacal, trastornos digestivos, gripes, resfriados? ¿Sientes ansiedad? ¿Te criticas cuando algo no te sale bien? 

El cuerpo muestra el dolor del alma. Esta es la premisa de la Descodificación Biológica. A nivel físico son personas con tendencia a hacer migrañas (preocupación), cistitis (organización en el territorio), estreñimiento (no soltar), torticolis, contracturas musculares y problemas de huesos y músculos por la tensión (rendimiento máximo, impotencia y “no ser capaz de”).  

El conflicto de rendimiento con desvalorización les hace entrar en una conducta de revalorización propia y para ello pueden degradar al otro. Pueden llegar a asociarse a otras personas para hacer bullying o complots y pasan del amor al odio en un instante. Incluso llevado al extremo emplean la ira, las drogas, el alcohol u otras adicciones para poder sobrevivir. 

La ira es la emoción subordinada a esta característica del control, ya que la usan para descargar la frustración o para manipular al otro y conseguir que haga lo que el/ella quiere. 

Cómo les afecta a los demás tu control 

Los demás “sufren” el comportamiento del controlador, que es un limitador de la libertad, a veces en silencio o sumisión, otras desde la impotencia porque hagan lo que hagan siempre se van a encontrar una crítica o incluso desprecio y otras reacciones como “no puedo más”.  

La forma en que nos relacionamos con los demás delata en gran medida cómo somos con nosotros mismos. Para la Descodificación Biológica cuando una persona tiene rasgos típicos o característicos de personalidad es porque ha vivido situaciones que han condicionado la libertad de respuesta.  

A falta de libertad emocional, la respuesta que aparece es la repetición de conductas que nos han permitido sobrevivir. En los eventos traumáticos, por lo general ocurren en etapas tempranas de desarrollo, se ha producido una desregulación del sistema nervioso, una afectación en el vínculo o relación de apego y específicamente una distorsión de la identidad.  

Qué es el super control 

Te propongo un ejercicio muy sencillo: valora si te reconoces a ti o a otra persona en las características que te voy a describir a continuación acerca del super control. 

Recuerda que la persona controladora, por lo general actúa así como fruto de su propia inseguridad, para paliar el miedo al descontrol, al error, al fracaso y sentir una mayor autosatisfacción. Por lo tanto, este ejercicio es para ayudar a localizar en qué punto estamos y reconocer las necesidades del otro, así como las nuestras.  

Hay subtipos de estilos en la pérdida de confianza como el dominante (o poderoso) o el seductor (usa el amor, afecto o compañía para conseguir algo). Todo lo que se salga del guion esperado es una amenaza a la estabilidad emocional, ya que el control es una estrategia adaptativa y por eso se manifiestan en la persona de la siguiente forma:  

  • Suele ver la vida de manera absolutista, no tiene término medio. Las cosas están bien (como ella las hace, ordena, organiza y decide) o están mal.  
  • Construye sus pensamientos a su manera y le cuesta comprender que cada uno tiene un punto de vista.  
  • No tiene término medio, “es así y punto”.  
  • Es muy responsable, resolutiva y exigente y cree que llegar a la cima va a satisfacer sus necesidades. 
  • Soporta gran cantidad de carga de trabajo con apenas errores. 
  • Es perfeccionista en algún aspecto (estética, estadísticas, calidad…) 
  • Planifica al mínimo detalle, no deja cabo suelto, piensa en riesgos y amenazas. 
  • Es hiper organizada para llevar las riendas de la situación.
  • Poca posibilidad de improvisación, de espontaneidad. No suelen aceptar los cambios. En ocasiones falta chispa.   
  • Racional antes que intuitiva (mucha cabeza y menos corazón): disociación, la energía está depositada en la cabeza (pensamientos). 
  • Capacidad de mando con liderazgo y tendencia autoritaria. Desde el amor más profundo cree que lo hace mejor que nadie. 
  • Cabeza pensante en el trabajo, la familia, la pareja… (organizan las vacaciones mejor que una agencia de viajes). 
  • Irascible y quejosa porque no tiene tiempo para sí misma y porque lleva mucha carga, pero le resulta imposible soltarla.  
  • Puede haber tendencia a la ira e incluso a la hostilidad ante “errores” mínimos o se pone nerviosa si algo se retrasa (deja, ya lo hago yo). 
  • Busca apoyo incondicional (no la cooperación) y le es imposible delegar. No pueden pedir ayuda con facilidad.  
  • Le cuesta aceptar que le lleven la contraria (le cuesta respetar visiones o realidades distintas a la suya). 

Consulta también aquí mi otro artículo sobre ‘El rol del “controlador”‘.

¿Qué hay detrás? 

Miedo al fracaso, sensación de impotencia, sentimiento de vacío por ser otro y no uno mismo, desplazamiento de la culpa, autoimagen inflada, soledad. Físicamente pueden llegar a respirar fuerte para tener un pecho grande que da sensación de potencia. En su fuero más interno sufren por su vulnerabilidad.  

Ventajas e inconvenientes del super control 

Esta forma de estar (que no de ser) aporta éxito, prestigio, poder, sensación de valía personal, aprobación y se vuelve adictiva. Si son niños que los padres idealizaron están repitiendo el mismo modelo para conseguir no solo el amor de los padres sino de muchos más. 

Las personas a las que les ha servido el patrón controlador no se sienten mal en su piel excepto en los momentos de sobrecarga. El resto de tiempo disfrutan de hacer y tener todo a su justa medida.   

Un caso es el de Teresa. Visita por crisis migrañosas y dolor de espalda tensional. Es una ejecutiva de una multinacional que tiene que viajar 2-3 días a la semana y que está muy bien considerada en la empresa. Soltera, sin hijos y su única compañía es un gato. Hablamos del control. Se descubre viéndose como paternalista con su equipo de trabajo, toma decisiones por los demás y tiene tendencia a criticar, por ejemplo, hablando de las debilidades innatas de alguna persona. Ha intentado modificar su comportamiento, pero no solo no tiene miedo de no poder controlar, sino que disfruta haciéndolo. 

Me cuenta su historia familiar en la que las discusiones eran moneda corriente y su vida fue un caminar despacito mirando como estaba su madre para que no le cayera un golpe. Nunca supo que dejaba contenta a su madre ya que hiciera lo que hiciera le venía una crítica, una desvalorización o un bofetón e incluso le quemaron con un cigarrillo. Aprendió a darse valor con el estudio y los buenos rendimientos y eso es lo que repite siendo adulta.  

Pretender tener el control de todas las situaciones en cada momento y en todos los aspectos de la vida es insano para la persona porque puede acarrear altos niveles de malestar a nivel físico o psíquico.  

“Pretender tener el control de todas las situaciones en cada momento y en todos los aspectos de la vida es insano”: 

Además, el controlar roba mucha energía, desgasta a nivel personal y social, produce cansancio a menudo con necesidad de dormir para dejar de ver en algún momento la realidad que le gustaría cambiar. El super control es un gran desestabilizador emocional.   

Origen del super control 

¿Qué puede haber detrás de un comportamiento nocivo y desgastador o de las enfermedades que produce el exceso de control? Cada persona es única y entender la lógica de por qué actúa de una determinada manera nos permitirá ayudarle a salir del atolladero.  

La seguridad y la confianza son dos sentimientos que la persona controladora no tiene para los demás y que sólo encuentra en sí misma y lo aprende desde que está en el vientre de la madre a través de las experiencias de lo “previsible o imprevisible”. ¿Lo espero, no lo espero?  

Luego, en la infancia (consulta ‘heridas de la infancia’ en nuestro diccionario emocional), aprendemos a regularnos emocionalmente en función del ambiente familiar y como nos tratan nuestros padres. En esta etapa somos pura emoción, todo corazón y la expresión es desde lo espontáneo y sin preocupaciones. Este mundo idílico puede romperse y eso suele ocurrir en el sistema familiar. 

Los eventos que se han de buscar para reaprender a regular el sistema nervioso son, entre muchas otras, algunas de las que menciono en esta lista. Pon especial atención a lo que ocurrió entre los 18 meses y los 2 años:  

  • Padres que no entendían las necesidades del niño de apego (acercamiento) y lo veían como egoísta por lo que pedir se les volvía en contra.  
  • Padres que han idealizado al niño, que los han hecho “especiales” de manera poco realista.  
  • Padres irascibles que podían enfadarse por cualquier motivo y sobre todo que no se podía prever el comportamiento lo que coloca al niño en un estado de alerta continuo (ejemplo, padres que miran con cara de enfado, maltrato, gritan). 
  • Padres despreocupados o ausentes. 
  • Padres con dificultades emocionales o enfermedades que hacen que el niño quiera ayudar. Una madre con depresión es la angustia de sus hijos (caso Bettina, que la madre subía a la terraza a colgar la ropa y les decía que se iba a suicidar).  
  • Cambios súbitos en la infancia (mudanzas, pérdidas económicas, divorcios, peleas familiares, cárcel…). 
  • Dinámicas familiares desestructuradas, cambiantes, poco previsibles. Situaciones de abusos, incesto, tocamientos. 
  • Accidentes de los niños, de los padres o que ocurrieron a toda la familia. 
  • Hacerse grande temprano: cuidar de hermanos pequeños o enfermos.  
  • Familias muy limitantes a nivel de pensamiento (religioso -recomiendo leer este artículo sobre la serie Unorthodox-, político, educativo, etc.). Creencias firmes.  
  • Amenazas a la integridad de la identidad ¿Quién tuviste que ser? 

Son situaciones en las que siendo pequeños nos aportó más beneficio para minimizar daños o castigos y procurar la estabilidad de la familia antes que manifestarnos como éramos. Se desarrolla un falso sentido del YO y se está pendiente de cumplir los sueños de los padres.   

Aprendimos a usar una parte de nuestro YO, la racional, y dejamos de lado la emocional. Las emociones se bloquean y por eso es fácil no empatizar con el otro ya que ni siquiera se sabe lo que se siente.  

En ese aprendizaje se siguió una secuencia que se repite de adultos. Fue muy útil la vigilancia, estar alerta, ver los cambios, encontrar los errores primero-propios y luego ajenos, pensar la mejor opción, planificar el movimiento, hacerlo y ver la respuesta de los adultos. A partir de aquí, retroalimentación y seguir haciendo más de lo mismo.   

Cambiar y evolucionar: ¿Por dónde se empieza?  

Por entender que nos tenemos que ocupar de lo que depende de uno y soltar lo que no nos corresponde. Se puede seguir por la parte del YO racional para ver cómo los peligros del pasado ya no están en tiempo presente. Eso es una parte de la historia.  

Se puede romper un vaso, suspender un examen, derramar la sopa y no tiene más consecuencias que solucionar el tema. También es posible que un texto tenga una mancha o se retrase.  

Es imprescindible el trabajo en profundidad, acompañando a revisar con paciencia a localizar qué se desestabilizó en la infancia. 

Desde mi experiencia puedo decir que no son las personas más “fáciles” para trabajar lo emocional, ya que se han protegido en lo mental o hasta han llegado a disociarse. A menudo el trabajo con dibujos, cuentos, películas, plastilinas, objetos habilita para hablar sin que se den cuenta de que están contando un evento escondido en el inconsciente (consulta el término ‘inconsciente’ en nuestro diccionario emocional).  

Por lo tanto, nos centraremos en encontrar la experiencia de dolor que tuvo el/la niño/a en situación de alerta continua, por quien sufrió y vaciar el estrés acumulado para conseguir regular el sistema nervioso autónomo.  


¿Qué sientes en el cuerpo cuando conectas con experiencias donde no sabías lo que podía ocurrir?  

Recomiendo también revisar las historias de pérdida de dominio de la situación (amistades, colegio, exámenes, parejas…) o de cambios súbitos. En todos los casos el denominador común es que ante el conflicto, la necesidad de estabilidad era evidente y no se pudo satisfacer.  

Por último, al reconocer el patrón de funcionamiento con otros, por ejemplo, crítica, paternalismo, manipulación, culpabilización, hostilidad, convincente, etc. ayuda a encontrar la relación con lo aprendido en la familia.  

Tips para aprender a ejercer menos control

  • Darte cuenta de que el control es un problema para ti o para tus relaciones es el primer paso. 
  • Tomar las cosas como vienen y no a nivel personal te ayudará a relativizar los problemas. 
  • Mirar siempre la diferencia entre mantener el control y ser una persona controladora para saber cuándo cruzas la línea
  • Ante reacciones extremas pregúntate: ¿cuál es el miedo? El control habla del miedo desproporcionado, y si lo descubres ya no andará camuflado en forma de perfeccionismo.  
  • Aprender a tolerar la frustración, a reírse de los errores y a hablar de la propia vulnerabilidad y no solo desde la fortaleza, nos permite salir de la disociación y ser más terrenal. 
  • Provócate a ti mismo/a haciendo lo que no harías, por ejemplo, no acabar algo, hacer algo imperfecto o no cumplir con un objetivo. Enseña a tu cerebro que no hay peligro si algo no se acaba. 
  • Practicar actividades lúdicas o artísticas sin motivo alguno. A las personas mentales les va de perlas hacer trabajos manuales para volver al cuerpo.  

Darse tiempo para “perder el tiempo” sin tener que hacerlo obligadamente.  Acepta que cada persona haga las cosas a su manera (quizás tu hijo no pone la ropa por color, pero la guarda a su manera). 

Conclusión: ¡Tú no vales por tu perfección! 

La vida está hecha para el ser y no para el hacer o el tener. Estamos en la tierra para evolucionar y lo podemos lograr a través de pequeños cambios que nos permitan vivir mejor en las relaciones, que es lo verdaderamente humano.  

“No hay nada que nos haga sentir más plenamente vivos que estar conectados con nosotros mismos sintiendo tranquilidad”. 

El control es bueno para vivir con tranquilidad, pero solo si consigues emplearlo cuando es importante y necesario.  

Te invito a que veas este vídeo donde profundizo un poco más sobre el tema del control. Sobre las peculiaridades que nos han servido para sobrevivir y sobrellevar nuestra propia existencia. ¿Quieres saber cuál es el origen de este control? ¡Dale al play y descúbrelo! ?

También te dejo por aquí el podcast de la entrevista que tuve la ocasión de realizar con Marta Debayle en W Radio de México. Espero que la disfrutes y te sirva para aprender un poquito más sobre este tema.

Entrevista con Martha Debayle en W Radio ‘¿Cómo dejar de ser controlador sin morir en el intento?’

© Instituto Ángeles Wolder – Todos los derechos reservados.

Aclaración: La Descodificación Biológica es un acompañamiento emocional complementario, no sustitutivo de ningún otro tratamiento médico, que el cliente escoge libremente para su bienestar emocional. Debe aclararse que el Instituto Ángeles Wolder no da consejos médicos ni recomienda finalizar ningún tratamiento.

Antes de irte

¡Hola! Soy quien ha escrito este artículo

Ángeles Wolder

Ángeles Wolder

Directora Instituto Ángeles Wolder. Autora del Libro “El Arte de Escuchar el Cuerpo” y de "El reflejo de nuestras emociones: la descodificación de los sentimientos a través del cine" y "Hambre Emocional". Es licenciada en Kinesiología, Profesora en Enseñanza Universitaria, Licenciada en Antropología Social y Cultural, licenciada en Psicología y Máster en Psicosociología. Desde hace 10 años se ha centrado en comprender y observar cómo el ser humano y la humanidad gestionan los conflictos emocionales.
Reflexiones de lectores

¿Tienes algún pensamiento tras leer este artículo? Déjame tu reflexión y responderé lo antes posible.

12 comentarios en «¿Eres una persona controladora? Aprende a sobrellevarlo sin dejar de sentirte seguro/a.»

  1. Hola muchas gracias por el artículo soy un poco manipuladora me siento frustrada pienso cambiar y realizar unas cosas que vienen esté artículo.

    Responder
  2. Soy un Madre de dos adolescentes de 19 y 17 años , soy muy controladora…tengo un buen Esposo con 20 años de matrimonio …. en estos tiempos estoy sufriendo mucho por eso…quiero ser diferente…por Mi…por mis maravillosos Hijos….Creo mucho en Dios y quizás es mi unica fortaleza en esos momentos ….me ha encantado leer sus artículos y sacar reflexiones …dia a dia intento hacerlo mejor no es nada facil.
    Un abrazo

    Responder
    • Buenos días Maria! Cada uno tiene que sacar su propia fortaleza para afrontar según qué situaciones, pero recuerda que la más importante es la propia, tu fuerza interior. Esperamos haberte ayudado con el artículo 🙂 Un saludo!

      Responder
  3. Hay varias cosas que me identifican, como controladora.
    Respeto como hija , en la adolescencia tengo el recuerdo que mis padres miraban por mis ojos y todo lo que decia era lo correcto.
    NO OBSTANTE FUERON LOS MEJORES PADRES.
    Siempre me exigi soy perfeccionista en todo..
    Esta Usted en lo correcto.
    Es para mi un gran honor que haya contestado mi IMEIL.
    La verdad muy AGRADECIDA!!!

    Responder
  4. Me siento muy identificada como controladora Me resulta muy dificil modificar mis actitudes Reconozco a cada paso que es lo que controlo y trato de relajarme a veces lo consigo y a veces no Me gustaron mucho tus tips Sigo intentando el cambio y estoy segura q poco a poco voy a lograrlo Este control se que lo adquiri de pequeña por actitudes de mi padre que a su vez lo adquirio de mi abuela No lo juzgo hizo lo que pudo pero yo quiero despegarme para no continuar y transmitirselo a mi hijo Gracias!!!!!!!!!

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  5. Hola, gracias y mil gracias! Los sigo hace meses, me encanta la medicina germánica y la biodecodificación biológica desde que la conocí me hizo “clic”como dice Ángeles, tengo toda la intención de llevar el diplomado, estoy organizándome económicamente para lograrlo, saludos y gracias de nuevo,
    Tatiana

    Responder
  6. Hola instituto Angeles Wolder agradezco por este articulo tan enriquecedor y de gran ayuda en este momento de cuarentena en mi pais Colombia , llevamos ya casi 3 meses en confinamiento y solo saliendo lo necesario, y estaba en momento de crisis emocional con mis hijas adolecentes y mi esposo al darme cuenta que estaba sufriendo y era por querer controlar todo lo que esta a mi alrededor y eso me esta llevando manifestaciones en mi cuerpo que no entendia por que? , con toda la intencion de conocer mas de la descodificacion para poderme ayudar y asi mismo ayudar a mi familia. Gracias y muy agradecida.

    Responder

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