Ayer se vivió una jornada en Cataluña de miedo, terror, estado de ansiedad ante la espera del lobo que venía disfrazado de Guardia Civil y Policía Nacional.
Todo comenzó por la mañana cuando la gente pacífica acudía a sus colegios electorales a votar, un derecho universal, que solo niegan los que tienen miedo al resultado de las urnas o ceguera dictatorial. Algunas personas durmieron en los colegios. Otras se comenzaron a reunir a partir de las 5 de la mañana y de ahí en adelante fueron yendo y viniendo los más de 2.500.000 votantes.
Entre las 8 y las 9 de la mañana, cuando se estaban preparando las mesas electorales, las llamadas “Fuerzas del Estado” arremetieron con violencia con el primero que se encontraba en las puertas de las escuelas o centros de votación habilitados. La carga policial fue con pelotas de goma, porras, pistolas, dando… Les ha dado igual que fueran mujeres, niños, adultos con bebes en las manos, discapacitados en sillas de ruedas, ancianos/nas o seres humanos con las manos en alto diciendo “queremos paz”, “somos gente de paz”, “votarem”, hablando a los agentes y regalándoles claveles. Resistencia pacifica ante golpes y vejaciones con contundencia de carácter inhumano en una Europa del 2017 y en el mundo entero. Vulneración de derechos con una fuerza desproporcionada. Inexplicable o explicable viendo como trata el estado lo diferente. La cifra de heridos es de 844 personas, dos de los cuales están graves y un joven ha perdido un ojo.
Esta es la información más neutra que os puedo transmitir. El resto lo podéis ver en imágenes. Mi familia y yo lo hemos vivido en propias carnes. Da igual la ideología que cada uno tenga, ya que las ideas no se matan y solo se pueden respetar.
Lo que me interesa es poder deciros que lo vivido queda en el cuerpo y que es muy sano poder sacarlo, liberarlo.
A partir de aquí ¿Qué se puede hacer ante una situación de violencia, de agresión, de estrés psicológico, crisis y tensión? El cuerpo recibe la carga e intenta dar respuesta que es enfrentarse, huir o paralizarse. Todo queda guardado en el sistema límbico en un registro de sensaciones corporales. Cuando el cuerpo vive un malestar pone en marcha todo el mecanismo del estrés para poder dar respuesta y al dedicarse a lo urgente no puede hacerlo con lo importante por lo que todo proceso se acompaña de una disminución de la eficacia de los procesos vitales. El cuerpo buscará el equilibrio en un intento de curación que siempre es favorable a la salud y al bienestar.
Un recurso natural sanador, que poseemos todos, para regular el sistema neuro-endocrino que se activa en situaciones de estrés con carga emocional o sea en situación de shock (choque biológico) es revivir las sensaciones corporales para prevenir traumas de larga duración o reactivación de ansiedades o angustias que no tienen explicación.
¿Como hacerlo?
Haciendo uso (y desgaste) de las sensaciones físicas que están ligadas al miedo. Poner atención a lo que el cuerpo nos cuenta de lo que vivió. Se trata de traer el recuerdo del instante en el que se ha vivido miedo o de la sensación que se ha tenido ante ese miedo (ansiedad provocada por el pensamiento de miedo) y detectar las sensaciones físicas (temblores, cansancio, sudor, calor, apretón, nudo, presión, opresión, escalofríos,…) al tiempo que van evolucionando solas y regulándose naturalmente.
- Traer el recuerdo, activarlo o pensar en una situación de shock
- Observar las sensaciones corporales que se activan ante el recuerdo
- Dejar que solas vayan evolucionando
En estos días es habitual ver en telediarios, periódicos, webs, redes, etc. nuevamente imágenes duras sobre los eventos de violencia que pueden reactivar las sensaciones.
En este caso, en el mismo momento, cerrar los ojos y dejar que las sensaciones vayan resolviéndose solas (sin interferencia de los pensamientos) y así irán desapareciendo. El objetivo es traer la tranquilidad al cuerpo y dejar que el malestar vaya desapareciendo progresivamente para que no tenga que aparecer en otros momentos. Liberar lo vivido y sentir el presente que siempre es bello y posible de que lo sea.
Desde el Instituto Ángeles Wolder ofrecemos la ayuda que sea necesaria para conseguir el ansiado equilibrio psique-cerebro-órgano. Ponemos a vuestra disposición un teléfono de asistencia gratuita para todos aquellos que necesiten ayuda por los momentos de estrés que se vivieron en la jornada del día de ayer, 1 de Octubre.
- Teléfono de asistencia: 93 414 63 35
- Whatsapp: 636 29 46 29