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Es tiempo para sentir

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Me he preparado mentalmente para este momento durante meses, sabiendo que llegaría el día en que volarías del nido y empezarías una nueva vida llena de aventuras. Estos últimos meses han sido un torbellino de emociones, por un lado, mi corazón se emociona al verte crecer, madurar y elegir el camino que quieres vivir con esa alegría que desprenden tus hermosos ojos azules. Por otro lado, pensar que te marchas sin fecha de regreso me deja con el corazón en un puño. Pero es tu vida y sólo tú eliges como quieres vivirla. Yo soy tu hermana mayor que te mira con orgullo por ver el hermoso ser humano en el que te has convertido.

Hoy me siento cansada, me pesa la barriga, siento angustia en el pecho y las lágrimas brotan solas. Me he quedado en casa para tener un espacio tranquilo y procesar lo que estoy sintiendo y viviendo. Para escuchar a mi cuerpo y dejar que las emociones de los últimos días se vayan transformando poco a poco hasta recuperar la calma. Es un tiempo para sentir.  

Escuchar lo que sentimos

Lo que vivimos y sentimos provoca cambios que pueden ser imperceptibles para algunos, pero que nuestro cuerpo capta en cada milisegundo y nos informa a través de las sensaciones corporales.

  • Me pesa la barriga porque aún me cuesta digerir que se ha marchado y que no podré abrazarle durante un tiempo.
  • Siento angustia en el pecho y me cuesta respirar al conectar con lo que está sucediendo porque siento miedo y tristeza.
  • Las lágrimas brotan casi sin darme cuenta cuando una palabra, una imagen o una sensación me conecta con lo que estoy viviendo.
  • Me siento cansada porque el torbellino de emociones es agotador, pero también transformador.

Y aunque racionalmente le doy vueltas, emocionalmente necesito dejar que todo fluya y que poco a poco, la angustia que me provoca la separación por la distancia se vaya transformando.

Las separaciones

Aprendemos desde pequeños que las separaciones existen, a veces de manera abrupta (por ejemplo, la muerte de una persona cercana) y otras son separaciones programadas, porque aparece un nuevo proyecto, un cambio o una necesidad que nos aleja físicamente de nuestra familia, amigos y entorno conocido, pero que emocionalmente seguimos cerca.

La vida está llena de momentos en los que nos sentimos separados de otros por la distancia física y/o emocional. Darnos el tiempo de revisar cómo nos hace sentir y qué podemos hacer para integrar el cambio en nuestra vida es sanador.

Cuando queremos racionalizar las emociones, nos perdemos en un mar de sentimientos encontrados y de reacciones inexplicables.

Las emociones tienen esa capacidad de conectarnos con millones de vivencias, recuerdos y experiencias guardadas en nuestro inconsciente. La mente es poderosa si está conectada con el cuerpo.

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Desconexión cuerpo-mente

Cuando vivimos al margen de lo que el cuerpo expresa, corremos el riesgo de enfermar y cronificar patrones y conductas de comportamiento. Esto sucede porque cuando dejamos de escucharnos y obviamos como nos sentimos -y no expresamos las emociones– el cuerpo se pone en marcha para acompañarnos a transitar el estrés que nos provoca la situación. Cuando esto sucede en repetidas ocasiones, aprendemos que es un patrón de funcionamiento útil y lo incorporamos en nuestro día a día. ¿Qué aprendemos? Que es algo que es útil y que nos hace la vida más fácil.

Pero es una “falsa realidad” o “falsa verdad”. Lo que realmente sucede, es que acumulamos estrés y dolor en nuestro interior y nos desconectamos de lo que vivimos. Es como si estuviéramos viviendo sin sentir. El camino fácil es no sentir y nos acostumbramos a ello.

Podemos pasarnos días, meses y años viviendo así, hasta que de pronto un día, sin saber por qué, explota todo y no sabemos controlar ni digerir lo que estamos viviendo. ¿Qué me pasa? ¿Por qué me enfado? ¿Por qué reacciono de manera desproporcionada? ¿Por qué siento un vacío?

El cuerpo nos pide que le escuchemos. Y nos puede suceder en cualquier momento:

  • Al escuchar a otro relatar una vivencia similar.
  • Al oír una canción que nos conecta con lo que nos hemos negado a escuchar.
  • Al ver una fotografía o un recuerdo.
  • Al escuchar una frase.
  • Al leer un libro.
  • Al ver a esa persona con la que nos dejamos de hablar.

Son múltiples las situaciones que nos conectan con recuerdos dolorosos que, si no han sido integrados y gestionados, provocan un desequilibrio emocional.

Salud emocional

Cada día vivimos situaciones que nos emocionan. El objetivo de descubrir quiénes somos es poder vivir desde la libertad de elegir cómo queremos sentirnos.

Se trata de darnos el espacio para sentir las emociones (y las sensaciones corporales), entenderlas desde la biología (las emociones no son racionales) y procesarlas (integrarlas y transformarlas tomando contacto con ellas). Es el camino para disfrutar de una buena salud emocional.

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Darnos tiempo

Estando en el aeropuerto despidiendo a mi hermano, que se marcha al otro lado del charco por tiempo indefinido, me venían imágenes de otras despedidas y separaciones en el aeropuerto. Esas que te dejan el corazón triste durante días y que solo se curan con tiempo y paciencia. Y pensaba ¿Qué necesito en este momento? Tiempo.

Eso es lo que necesitamos: un tiempo para dejarnos sentir.

He querido escribir sobre esta despedida porque, además de ser un ejercicio terapéutico, espero que te sirva para tomar conciencia en el día de hoy de que siempre hay tiempo para escuchar nuestras emociones. Si quieres saber más sobre como escuchar a nuestro cuerpo, te invito a que veas nuestro curso “Iniciación a la Descodificación Biológica“.

Si te ha gustado el artículo, déjame un comentario y cuéntame qué haces tú para darte espacio y dejar que las emociones se transformen y se integren en tus recuerdos. ¡Os leo!

PD: Que tus ganas de viajar sean el motor que transforme tu vida y te llene del gran aprendizaje que es VIVIR. ¡Pura vida, Christian! ?

© Instituto Ángeles Wolder – Todos los derechos reservados.

Aclaración: La Descodificación Biológica es un acompañamiento emocional complementario, no sustitutivo de ningún otro tratamiento médico, que el cliente escoge libremente para su bienestar emocional. Debe aclararse que el Instituto Ángeles Wolder no da consejos médicos ni recomienda finalizar ningún tratamiento.

Antes de irte

¡Hola! Soy quien ha escrito este artículo

Aranzazu

Aranzazu

Psicoterapeuta y Docente. Directora de Proyectos y RR.HH. del Instituto Ángeles Wolder. Licenciada en Psicología. Máster en Psicología de la Educación MIPE. Máster en Dirección y Gestión de RRHH. Formada en emergencias y catástrofes, Psicodrama, Constelaciones Familiares, Descodificación Biológica Original y Acompañamiento al Duelo.
Reflexiones de lectores

¿Tienes algún pensamiento tras leer este artículo? Déjame tu reflexión y responderé lo antes posible.

4 comentarios en «Es tiempo para sentir»

  1. M’ha agradat molt el teu escrit.
    Gràcies per compartir aquest moment íntim.
    Quan el cos s’obre i la ment només escolta, la nostra vida es transforma i copsem una altra dimensió.
    Gràcies!!!!

    Responder

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