¡Atención, Spoiler!
Joker se ha convertido en la película para adultos más taquillera de la historia y no es para menos. Joaquin Phoenix ha construido un fabuloso personaje digno de Oscar y que merece la pena destinar unos minutos a analizar.
El villano de DC Comics nos acerca a la oscuridad de los trastornos mentales y la incomprensión de la sociedad a través de una historia repleta de abusos, mentiras, dificultades, desestructuración familiar y rechazo.
La fantástica interpretación de Phoenix como Arthur Fleck nos lleva a descubrir como las relaciones abusivas y la violencia son activadores de eventos traumatizantes que rebotan uno tras otro dejando una estela de dolor que no porque esté contenida desaparece.
Trauma tras trauma, impacto tras impacto conforma lo que en Descodificación Biológica denominamos Trastornos del Comportamiento (la medicina alopática denomina trastorno mental).
La espiral de violencia, dolor y soledad a la que está sometido desde que es un niño, o mejor dicho desde que fue concebido, permite comprender porque es tan difícil encontrar una salida al trauma sin el apoyo y la ayuda psicológica y terapéutica necesaria.
En cada fotograma y en la expresión del protagonista descubrimos su historia y, con ella, sus traumas más profundos. La película tira del hilo de la programación de un síntoma mostrando conflictos desencadenantes, programantes y estructurantes.
¿Qué traumas ha vivido Arthur Fleck?
Si miramos la película con ojos de descodificadores veremos una lista de conflictos biológicos.
Agresión: Abusos y maltratos
La amnesia traumática es un mecanismo de supervivencia del ser humano que nos permite huir del trauma y del dolor para poder “adaptarnos” y continuar con la rutina. Esta adaptación queda lejos de ser sanadora, porque lo que realmente produce es el efecto contrario, escondiendo y camuflando el trauma a través de síntomas y comportamientos alterados.
Arthur, de adulto, inicia un viaje de búsqueda de su propia identidad que le llevará a conectar con los recuerdos más traumáticos de su infancia: abusos sexuales, maltrato físico, desapego y abandono.
Cuando era niño y le decía a la gente que iba a ser comediante, todos se reían de mí. Bueno, nadie se está riendo ahora.
Joker
Inadaptación social
El trastorno de la risa incontrolada, también denominado Síndrome del payaso triste, funciona como una vía de escape para las personas con trastorno depresivo para esconder sus tristezas profundas. La risa incontrolada forma parte de la contradicción a la que ha estado sometido durante su vida.
Estamos ante un trastorno que se desarrolla como consecuencia de la inadaptación social y que busca desesperadamente conectar con el otro a través de lo único que sabe hacer, reír. El efecto es totalmente el contrario, provocando en él un dolor exasperante que le lleva a crear una realidad paralela repleta de escenarios inexistentes y a convivir con las alucinaciones como parte de su historia.
Desde la Descodificación biológica vemos dos conflictos: el primero, el conflicto de contrariedad de movimiento manifestado con el Síndrome de las piernas inquietas y la risa. A este último se le suma un conflicto de contrariedad en la expresión, en la comunicación.
El peor lado de la enfermedad mental es que la gente espera que te comportes como si no la tuvieras.
Joker
La represión emocional
El sueño de vivir una realidad diferente se pone de manifiesto a través del baile y del movimiento corporal. Vuelve a aparecer la contrariedad del movimiento, la represión de la expresión y la limitación para moverse como lo hubiera hecho un niño ¿Por qué? Porque el movimiento corporal le permite a Arthur conectar con su imaginario y construir un escenario alternativo que le disocia por unos segundos de su historia de estar atrapado (atado a un radiador).
Durante años ha vivido en un letargo emocional en el que anteponía las necesidades de los otros a las suyas. Fruto de la violencia verbal y física a la que se ha visto sometido durante décadas ha aprendido a sobrellevar la angustia y el dolor desconectándose de la realidad: disociándose. Se llega a este estado cuando se viven conflictos de agresión o ataque a la integridad.
La disociación no es curativa, es supervivencia. Nos expulsa de lo corpóreo para alejarnos del trauma, pero no cambia la historia.
Cuando entramos en un fuerte estrés que activa nuestro organismo para sobrevivir, nuestro cerebro reacciona de 3 maneras diferentes: huida, agresión y congelación (o parálisis). La parálisis o congelación es una reacción física que actúa como mecanismo de supervivencia: si no puedo controlar lo que sucede, me paralizo y me desconecto (disociación). Esta es la respuesta que activa nuestro cerebro más arcaico, el reptiliano.
¿Qué es lo que obtienes cuando te cruzas con un solitario enfermo mental en una sociedad que lo abandona y lo trata como basura?
Joker
La catarsis: la revolución de los inadaptados
La explosión emocional como consecuencia del rechazo social (violencia verbal, falta de reconocimiento paterno y el aislamiento físico y emocional) conduce a Arthur a asumir una nueva personalidad: el Joker.
El Joker es un individuo que rehúye de lo convencional al asumir que no puede luchar ni cambiar su realidad, por lo que deja de tener sentido ser uno más del clan y pasa a ser lo que su esencia necesita en cada momento.
Espero que mi muerte tenga más sentido que mi vida.
Joker
Es la representación del resultado traumático de la marginación y el aislamiento que viven muchas personas diariamente como consecuencia de una vida traumática o disfuncional que no han podido expresar ni resignificar.
Empatizar con el dolor del Joker parece casi necesario, porque en muchas escenas su dolor habla más del nuestro que del suyo propio:
- ¿Te has sentido aislado/a o abandonado/a?
- ¿Has sentido que no formabas parte del clan?
- ¿Has convivido con un trauma profundo?
- ¿Has evitado escuchar a tus emociones y sensaciones corporales?
- ¿Has sentido la necesidad de vivir una realidad distinta?
A pesar de que el trauma de Arthur sucumbe en una vorágine de violencia y destrucción, esta película nos enseña mucho más de lo que a primera instancia podemos imaginar:
- No a la estigmatización: La estigmatización de los trastornos mentales es un problema global y la lucha para erradicarlo tiene que ser una prioridad para cualquier sociedad libre.
- Los trastornos mentales no son agresivos: El trastorno mental no implica un comportamiento agresivo o violento. La agonía, la desprotección y el sufrimiento traumático deliberado conlleva en ocasiones reacciones y respuestas inesperadas, que pueden ser de carácter violento.
- Resignificar el dolor: Los recuerdos traumáticos no desaparecen por dejar de tenerlos presentes. El trauma se puede llegar a convertir en compañero de viaje que nos recuerda diariamente que no hemos superado el dolor.
- La repetición traumática: Las repeticiones de conflictos traumáticos en el presente nos habla de lo que no hemos sanado anteriormente.
El viaje a través de los ojos de Arthur es transformador para el espectador. Phoenix ha logrado conmovernos y conectarnos con la esencia del trauma: la búsqueda de la curación.
Te invito a continuar reflexionando sobre la película aquí ?
2 comentarios en «Joker: los traumas de Arthur Fleck»
DE Exelencia FELICITACIONES
Muchas gracias Sandra!