Todos estamos marcados por la familia a la que pertenecemos.
La forma más evidente de ello se encuentra en nuestra apariencia física. El material genético que emana de nuestros parientes nos deja señales inconfundibles de que provenimos de ellos. Por ejemplo, el color de los ojos, la sonrisa, la forma del pelo o de la nariz.
Todos tenemos alguna característica física que recuerda a algún pariente. Y no necesariamente a nuestro padre ni a nuestra madre, pues hay herencias que se saltan alguna generación. En este sentido, seguro que te suena la habitual observación de “tiene la misma mirada que el abuelo” o similar.
Pues el transgeneracional nos dice que además del material genético, la herencia transgeneracional también contempla profesiones, formas de actuar, miedos, limitaciones, etc. Cosas que heredamos por las experiencias vitales vividas por nuestros parientes.
Puede que alguna vez te hayas hecho alguna de estas preguntas:
- ¿Por qué siempre atraigo el mismo tipo de pareja?
- ¿Por qué repito siempre el mismo error?
- ¿Por qué soy incapaz de finalizar estos estudios?
- ¿Por qué soy una persona celosa si nunca jamás he tenido motivos para ello?
- ¿Por qué tengo tanto miedo a que le pueda pasar algo a mi hijo en todo momento?
Cualquiera de estos síntomas pueden tener su explicación en nuestra familia. El transgeneracional te permite ir al origen para detectar qué trauma transgeneracional vive en nosotros de forma inconsciente y ponerle solución.
En otras palabras, la terapia transgeneracional nos brinda la posibilidad de eliminar los bloqueos que nos impiden avanzar con nuestra propia vida y alcanzar las metas deseadas.
Índice
Qué es el transgeneracional
El transgeneracional, también conocido como memorias transgeneracionales, determina que los problemas no resueltos de nuestros ancestros se transmiten a generaciones posteriores.
Ello no ocurre con mala fe, al contrario. Estos traumas transgeneracionales marcan el ADN para alertar a los que vienen, para que puedan adaptarse y sobrevivir esas mismas situaciones.

Por ejemplo, si como mujer tienes problemas de pareja, puede que tu abuela padeciera de un marido infiel o maltratador y que, al no poder hacer nada por el motivo que sea, transmitiera a sus descendientes la idea de que los hombres son malos.
Cosas así suceden en todas las familias, pues en todas ha habido problemas de algún tipo. Se han vivido situaciones que al ser inacabadas o no aceptadas forman parte del legado dejado a los que vienen detrás.
Son historias familiares que se han vivido como un bloqueo que ha impedido a la persona que las ha sufrido ser feliz. Se convierten en traumas transgeneracionales que se transmiten como lecciones para que no tengan que vivirse de igual manera.
Estas historias familiares se viven de nuevo entre generaciones de dos formas distintas: repetición o compensación.
Por ejemplo, supongamos que tienes un abuelo materno que lo perdió todo a través del juego.
- Repetición: tu hermano es también un adicto al juego y pierde la herencia de vuestros padres.
- Compensación: tu tío materno se convierte en banquero para amasar una fortuna o en abogado patrimonial para proteger las posesiones familiares.
La repetición literal es fácil de entender. La compensación en cambio es menos evidente y trata de reparar lo que otros no pudieron conseguir.
Sea cual sea la forma que adopte una historia familiar para repetirse en una generación posterior, la persona está marcada por su existencia. Al menos mientras no le ponga remedio. Por ello a estas historias familiares se las conoce también como mandatos familiares.
Estos mandatos, o traumas transgeneracionales, pueden tener un origen increíblemente diverso: abortos, agresiones sexuales, separaciones largas (si algún familiar emigra), adicciones, muertes violentas, tabúes, barreras que impidan el progreso social o económico, infidelidades, pérdidas patrimoniales etc.
Pero, ¿por qué se repiten estos mandatos familiares?
Por una cuestión de lealtad familiar. Una lealtad familiar que además es inconsciente.
Si no las trabajamos, seguir las denominadas lealtades familiares inconscientes nos impide crecer y vivir nuestra propia vida.
Nos convertimos en el altavoz de un antepasado nuestro, que no logró vivir en paz, no integró como aprendizaje alguna vivencia que le sucedió. Más aún si dicha vivencia estuvo envuelta de sufrimiento, resignación o silencio. Y es que hasta hace poco tiempo, la sociedad y la cultura del momento marcaban que las cosas malas debían callarse y que tocaba aguantarse.
Cuando estas historias familiares son además silenciadas en el seno de la familia es cuando se convierten en secretos de familia.
Pues resulta que a menudo ocultar un secreto familiar aumenta la tensión dentro de la propia familia. De hecho, algún día el secreto explota y emerge, de una forma no sana, con dolores en la existencia de la persona que lo padece.
La paradoja es que, por lo contrario, conocer el secreto, hablarlo y acogerlo es lo que le quitará el carácter de mandato familiar y desactivará la lealtad familiar relacionada.
El objetivo de la terapia transgeneracional
Las personas que acuden a la terapia transgeneracional es porque necesitan superar una limitación que a menudo no entienden pues no les corresponde en origen a ellos.
En cambio, estas personas, a través de los síntomas que manifiestan, reviven el conflicto de algún antepasado suyo en forma de compensación o repetición.
Puede que esto suceda de una forma directa, como cuando alguien es alcohólico como un familiar que lo fue tratando de llenar un profundo vacío que llegó a sentir relacionado, por ejemplo, con el amor.
Pero puede que el síntoma no manifieste de una forma tan evidente el mismo conflicto. En este sentido, puede que tu padre fuera pobre y tuviérais que cambiar de casa varias veces, y tú, que no tienes problemas de dinero, acabes igualmente cambiándote varias veces de casa por acumular varias separaciones de pareja o divorcios.
La terapia transgeneracional trata de unir pedacitos de historia familiar a fin de que algo cobre sentido y ello nos aporte tranquilidad.
Solamente siendo consciente de lo que hubo y de que ello no podemos deshacerlo, podemos aceptarlo para no seguir anclados a través de la lealtad familiar inconsciente y en cambio aprender a actuar de forma diferente para ser libres y proseguir con nuestra propia vida.
A estas alturas quizás te preguntes: ¿cómo sanar el transgeneracional?
Con el transgeneracional logramos reconectar de forma sana con el destino de los que estuvieron antes para poder así dar pleno sentido a nuestra existencia.
No se trata de curar o de sanar un malestar originado en una generación anterior. Al menos esa no es la palabra. A dejar de repetir o compensar un mandato familiar le llamamos trascender.
Y para ello sirve la terapia transgeneracional. En ella se hace uso del conocido árbol transgeneracional, del que hablaremos más adelante con mayor profundidad.
Pero explicado brevemente, es un instrumento que nos permite visualizar nuestro árbol genealógico de forma que descubrimos los secretos y las lealtades familiares. Ser conscientes de ello, de que existe un conflicto que se repite a través de la repetición o de la compensación, es el primer paso para trascender, para liberarnos del peso de esa lealtad familiar inconsciente que nos limita.
Y así ser libres para poder ser quien queramos ser.
Qué convierte la terapia transgeneracional única
El transgeneracional es sumamente interesante pues, a diferencia de otras técnicas o terapias que conciben a la persona como individuo único y aislado, nos considera a todos como parte de algo más grande: la familia, también llamada sistema familiar.
La creencia es que sanar la historia familiar nos permite sanarnos a nosotros mismos. Que tomar consciencia a través del transgeneracional del sistema familiar del que formamos parte nos permite tomar control de nuestra propia vida y ser libres.
La terapia transgeneracional tiene un enfoque distinto.
Que algún problema de salud, que alguna dificultad psicológica o que cualquier otro límite que tengamos pueda tener origen en un inconsciente familiar, en una lealtad familiar inconsciente que nos impida crecer y vivir nuestra propia vida, es sin duda un prisma terapéutico diferente.
También es una terapia solidaria con las generaciones venideras.
Conocer los secretos de familia, liberarnos de las ataduras transgeneracionales, dejar de repetir o compensar por el miedo inconsciente de ser expulsados del sistema familiar por romper con la lealtad familiar, y en cambio aplicar los cambios que queramos en nuestra propia vida, supone limpiar nuestra casa familiar anterior y dejar ese trabajo hecho para nuestros hijos.
Cómo se transmite lo transgeneracional
Hasta hace poco, se creía que los genes eran los únicos responsables de nuestra herencia biológica. Sin embargo, la epigenética ha demostrado que el entorno y las condiciones de vida, como la nutrición y el estrés, también influyen en nuestros genes, modificándolos sin alterar su secuencia de ADN y transmitiendo estas alteraciones a las generaciones futuras.
Un ejemplo impactante lo tenemos gracias a los estudios sobre el genoma humano del profesor Marcus Pembrey (Instituto de Salud Infantil del University College de Londres). Descubrió que un mismo gen defectuoso puede causar dos enfermedades diferentes, dependiendo de si se hereda de la madre o del padre. Esto desafía la visión determinista de que los genes son inmutables y muestra cómo los genes tienen una especie de “interruptor de la memoria” que puede activarse o desactivarse a lo largo de las generaciones, influyendo en la forma en que las personas responden a situaciones estresantes y conflictivas. Los traumas vividos por ancestros pueden afectar a las futuras generaciones, incluso si estas no han experimentado directamente esos traumas.
La epigenética ha revolucionado nuestra comprensión de la herencia biológica al demostrar que no solo heredamos genes, sino también las modificaciones epigenéticas que pueden influir en nuestra salud y respuestas emocionales, transmitiéndose a lo largo de generaciones.

Los secretos de familia en el transgeneracional
Hoy en día sabemos de la importancia de hablar de todo, de intentar tener el mínimo número de tabúes.
Sin embargo, hablar de lo que nos duele sigue siendo una tarea difícil para muchas personas. Quién no ha respondido “bien” a un “¿qué tal?” cuando no es así. Quién no ha tenido algún tipo de impedimento o ha puesto alguna excusa para ir al psicólogo o a un terapeuta.
Explicar nuestros problemas a un desconocido, incluso a una persona cercana, no es fácil, por mucho que sepamos que es positivo para nuestra salud mental y emocional.
Si actualmente es así, generaciones atrás esto era mucho más pronunciado. La cultura imperante era la de tratar el dolor con silencio y encima considerarlo algo vergonzoso.
Por eso en toda familia existen secretos. En todo árbol genealógico hay historias que han sido silenciadas, guardadas en algún cajón y que llevan tiempo acumulando polvo.
Por ejemplo, puede que estos secretos familiares contemplen un adulterio, un hijo bastardo, algún familiar con un alto grado de alcoholismo o una muerte violenta.
El problema de estos traumas familiares es que por mucho que se intenten esconder, acaban reapareciendo. Alguien abrirá el cajón sin darse cuenta. Algún miembro de una generación posterior revivirá el conflicto, dando continuidad a la herida familiar.
Qué es un secreto de familia
Nuestra historia no es solamente la que vivimos nosotros. También forman parte de nuestra historia las vidas recorridas por nuestros padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos.
Por eso, cuando alguien manifiesta algo que no tenga aparentemente explicación, la verdad se encuentra en un secreto familiar que se ha transmitido de generación en generación.
Por ejemplo, puede que alguna de estas situaciones te resuene porque la vives tú misma en tu piel o porque conoces a alguien así:
- Hombre frío y autoritario.
- Mujer que se queja constantemente de los hombres.
- Persona que repite continuamente un patrón tóxico de parejas.
- Alguien que constantemente pierde su trabajo.
- Estudiante que no logra graduarse, por mucho que lo intente.
- Persona incapaz de gestionar correctamente su dinero.
- Alguien que no logra tener pareja estable.
- Pareja que no consigue tener hijos.
Detrás de estas situaciones suele haber un secreto familiar. Y estas personas no lo saben, pero lo sufren.
Los secretos familiares son una carga enorme en el interior para la persona que revive el conflicto de un antepasado suyo.
Y para descubrir los secretos familiares usamos el árbol transgeneracional. Cuando empezamos a rascar vemos porqué la persona que ha acudido a consulta tiene algo que no le pertenece y que arrastra. Entonces se trata de reconectar con esos secretos de familia y ver qué partes no fueron resueltas ni aceptadas y que por lo tanto suponen hoy un problema existencial.
Lo cierto es que secretos familiares los hay de todo tipo:
- Muertes dolorosas y difíciles de aceptar. Por ejemplo, una muerte violenta ya sea por asesinato o en algún accidente, o el fallecimiento de un hijo.
- No saber qué le sucedió a algún familiar. Como cuando alguien emigraba cuando no había Internet ni teléfonos móviles. O si en la familia hubo un desaparecido en medio de una guerra. Esto no permite hacer un duelo, velar o llorar al muerto, por lo que la familia no puede cerrar el círculo.
- Secretos relacionados con el dinero. El dinero es sin duda un trauma transgeneracional que vemos muy a menudo. Hay herencias mal repartidas entre los descendientes o directamente perdidas por culpa de la adicción al juego de algún familiar. Pero también hay secretos familiares económicos que tienen su origen simplemente en la falta de dinero y en lo que ello puede causar, como tener que mudarse, pasar hambre o no poder ir a la escuela y tener que trabajar.
- Temas sexuales como el incesto (algo que sucede más a menudo de lo que creemos), las agresiones sexuales (por ejemplo un tío que viola a una sobrina), adulterios, hijos bastardos, etc.
- Enfermedades mentales que se intentaban tapar de cualquier manera como diciendo que el pariente que había ingresado en un psiquiátrico “había viajado a otro país”.
- Tabúes sociales de la época como tener un familiar homosexual.
- Y muchas otras posibilidades.
La mayoría de estos casos hoy en día no se aceptarían ni se convertirían en secretos. Pero la cuestión es que nuestros antepasados lo gestionaron como pudieron.
En cualquier caso, los secretos familiares forman parte de nosotros. Y pueden acarrear que vivamos una vida que no queramos, recurramos un camino que no es el nuestro.
Ejemplo: crisis laboral desde las memorias transgeneracionales
Éste es un caso real de un hombre joven con mucha formación tanto académica como en idiomas que resulta que cambiaba a menudo de trabajo porque siempre creía que no era valorado como se esperaba.
Cuando acudió a terapia transgeneracional se revisó su biografía, su propia historia, en la que no se encontró nada que explicase la situación descrita. Tampoco en la historia de sus padres.
Lo interesante apareció siguiendo su línea paterna hasta su abuelo y su bisabuelo. Ellos eran franceses en origen y resulta que durante la Segunda Guerra Mundial fueron acusados de proteger a personas judías.
Debido a ello tuvieron que renunciar a sus trabajos y abandonarlo todo para huir del país y se fueron a vivir a Sudamérica. Ese movimiento salvó a su familia pero les supuso también tener que empezar de cero, y laboralmente tuvieron la dificultad añadida de no conocer el idioma.
Este hombre, nieto y bisnieto de los antepasados donde se origina el trauma transgeneracional, reproducía ese mismo conflicto. Y lo hacía a través de la repetición, perdiendo su trabajo por iniciativa propia.
Pero su lealtad familiar inconsciente hubiera podido manifestarse en cambio a través de la compensación, provocando que trabajara en exceso. En este caso hubiera logrado lo que en otro momento fue una dificultad en su árbol.
Descubrir esto, tomar consciencia de que estaba conviviendo con unos antepasados que no pudieron en su día resolver mejor su trauma, fue el primer paso que pudiera dejar de repetir desde el dolor. Para que pudiera trascender y vivir su vida como quería.
Y todo ello gracias a la increíble herramienta que supone dibujar y representar nuestro sistema familiar. En el siguiente punto vemos qué es el árbol transgeneracional.
El papel del árbol en la terapia transgeneracional
El árbol transgeneracional permite revelar mandatos familiares, aquellos patrones que repetimos a través de alguna lealtad familiar inconsciente y que nos impiden avanzar como conscientemente querríamos.
Va más allá de dibujar el árbol genealógico. Se trata de encontrar información que explique qué nos sucede. Buscamos el origen en la historia de nuestro clan, de nuestro sistema familiar.
El proceso es a menudo maravilloso. Estudiar el árbol transgeneracional nos permite tomar consciencia de cómo las circunstancias familiares del pasado impactan en nuestro presente, tanto a nivel sentimental como comportamental.
Es entonces cuando sentimos de verdad el peso de las memorias transgeneracionales, de lo que otros no pudieron acabar. Algo nos resuena y encontramos respuesta a lo que hasta entonces no tenía sentido.
Así es como se resuelve un árbol transgeneracional.
Y también éste es el primer paso para sanar, para trascender y así desbloquear el impedimento que teníamos para ser libres de vivir como queramos la pareja, el trabajo o el dinero. Lo que sea.
Se dice que la verdad libera. Y así es, pues podemos hacer una reparación emocional. Pero el transgeneracional no acaba aquí. Al fin y al cabo saber que el ancestro hizo lo que mejor supo y que forma parte de nuestra historia familiar, ya no es una excusa. Ya no nos impiden tomar decisiones y hacer cambios en nuestra vida.
¿Cómo lo hacemos?
Aunque lo vemos más adelante, quédate con esto:
- Codificando de nuevo las vivencias presentes en el árbol. Por eso la terapia transgeneracional se considera una terapia sistémica.
- Reconociendo la historia de nuestro antepasado a través de una carta o de una meditación. En actitud de reconocimiento le decimos que no tenemos porqué seguir cargando con su conflicto y así nuestro inconsciente capta que ya es momento de dejar de reproducirlo.
Así trascendemos.

4 consejos de preparación para la terapia transgeneracional
#1 Conoce cómo es una sesión de transgeneracional
Como ya sabes, el elemento más importante en la terapia transgeneracional es el árbol transgeneracional.
Por ello se llevan a cabo los siguientes dos pasos (que hemos simplificado):
Exploración del árbol
Para dibujar el árbol ciertamente es útil que dispongas de información de tu familia, de tu clan o sistema familiar. Cosas como por ejemplo fechas de nacimiento, de muerte así como sucesos importantes en la vida de cada familiar, tanto buenos (hitos superados, alegrías destacables) como malos (hechos negativos como muertes, enfermedades, infidelidades que pueden o no ser secretos de familia).
Pero sino no te preocupes porque existen técnicas para llegar a tu inconsciente familiar y contactar con él, en cuyo caso te aparecerán imágenes y sensaciones reveladoras.
De todas formas, una vez dibujado tu árbol transgeneracional, toca seguir explorándolo. Y esto significa que se buscan programas, patrones o cualquier tipo de emociones ocultas presentes en el inconsciente familiar y que pueden estar jugando un papel en el malestar de la persona que acude a terapia transgeneracional.
Aquí surgirá algún secreto de familia. Es casi seguro, pues todas las familias tienen historias de dolor que han sido silenciadas. Por mucho que puedas pensar “en mi familia no hay secretos” o “todo ha ido bien en la vida de mis parientes”, verás que no es así. Conocer y contar estos secretos familiares es bueno pues crea alivio y tú notarás que te quitas un peso de encima.
Tras ello, se formulan hipótesis. Básicamente algo así como “¿Crees que esto que le sucedió a este antepasado tuyo puede explicar que a ti te suceda aquello?”.
Es un ejercicio precioso pues poco a poco uno se da cuenta de que el árbol transgeneracional va mucho más allá de un simple árbol genealógico. La terapia transgeneracional permite que tus antepasados (sus nombres, sus vidas) no sean simplemente eso y en cambio sean personas que te completan y te acompañan en tu vida.
Es el momento de trascender
Como ya sabes, que el árbol transgeneracional te resuene, que tomes conciencia de cómo algún hecho vivido por un familiar tuyo determina algo en tu vida actual por una cuestión de lealtad familiar inconsciente, es básico.
Pero no acaba aquí.
Las estructuras mentales de una familia que se mantienen rígidas a través de las creencias que se te inculcaron de pequeño (incluso antes de nacer), no se evaporan.
Las historias y los secretos familiares deben vivirse para ser procesados. En otras palabras, se dice que debes traspasarlos por el cuerpo. Ello puede hacerse, como hemos comentado anteriormente, con ejercicios como una meditación o una carta escrita.
Trascender, liberarse de un trauma transgeneracional, es importante para que nosotros podamos vivir nuestra propia vida de forma libre, sin ningún tipo de limitación.
Pero no solamente es positivo para nosotros mismos. También para evitar que algún hijo o nieto materialicen el mismo conflicto que tenemos y lo hagan ya sea a través de una repetición o de una compensación.
Como dice Ángeles Wolder, “los lazos invisibles no perdonan”. Así que te recomendamos encarecidamente asistir a terapia transgeneracional si crees que puede ayudarte a encontrar una respuesta y una solución. Por ti y por los que vengan.

#2 Recopila la información familiar que puedas
Resulta ser un requisito indispensable para una sesión de terapia transgeneracional el tener información de tu familia, al menos de tus padres, abuelos y bisabuelos. Y esta información puede ser más cuantiosa y densa de lo que inicialmente puedas pensar.
Por ejemplo:
- Nombres y apellidos
- Fechas señaladas: nacimiento, matrimonios, separaciones y defunción.
- Sucesos importantes, sobre todo los que puedan causar un trauma capaz de ser transgeneracional: desapariciones, adulterio, enfermedades, abortos, estafas, suicidios, ruinas económicas, adicciones, sueños y deseos que no se lograron alcanzar (como un amor imposible o alguien que no pudo estudiar medicina porque tuvo que ayudar a su padre), etc.
Estos datos puedes obtenerlo preguntando a tus familiares. Cuantos más familiares tengas accesibles y más preguntas puedas hacer, mejor.
Pero he aquí cuando llega la gran pregunta:
¿Qué pasa si no conozco a mi padre o a mi madre? ¿O si ellos no conocen a los suyos? ¿Y si soy adoptado?
¿Puede hacerse aún así un árbol transgeneracional?
La respuesta es que sí.
Aunque no conozcas personalmente a un familiar tuyo, este familiar sigue estando dentro de ti. Su información sigue en ti, permanece dentro del clan. Tus antepasados forman parte de ti y en ti llevas sus programas y sus emociones, aunque no seas consciente de ello.
Durante la terapia transgeneracional puedes acceder a la información de tu familia y a las memorias familiares almacenadas en ti. Y para ello escuchamos a nuestro cuerpo.
#3 Ten una actitud de reconocimiento y aceptación
Existe la creencia extendida de que uno acude a terapia transgeneracional con ánimos de culpabilizar a otros, de romper con las cadenas de las lealtades familiares.
Pero no es así. En transgeneracional no se desintegra nada, se integra lo que ocurrió en nuestro árbol transgeneracional. No se lucha contra nadie sino que se respeta y honra a los antepasados y todo lo que hubo (lo bueno y lo malo).
Solamente así se puede trascender una lealtad familiar. La sanación no se hace a través de la crítica sino del reconocimiento y de la transformación de las memorias familiares. Es la forma de entonces poder vivir la vida que quieras tener.
Por ejemplo, imaginemos que hace tiempo que intentas acabar una carrera universitaria pero te resulta imposible. Y no sabes porqué. Imaginemos también que mirando tu árbol transgeneracional observamos que tu madre no pudo tampoco finalizar sus estudios porque le dijeron que se pusiera a trabajar.
En este caso, tu madre lo hizo lo mejor que pudo dadas las circunstancias que había para ello en ese momento. Pero este conflicto se convirtió en trauma transgeneracional y nosotros ahora lo vivimos de nuevo.
¿Debemos culpar a nuestra madre? ¿Romper con su historia?
No. Para nuestra madre dejar de estudiar fue una solución. Y nosotros revivimos este conflicto no como una forma que tiene nuestra madre de fastidiarnos sino como aportación suya para que las siguientes generaciones pudiéramos adaptarnos y sobrevivir mejor.
Aunque no poder seguir estudiando es un claro problema para nosotros, lo es porque hemos evolucionado y esta solución de antaño no ha evolucionado a la par.
Para poder proseguir con nuestra propia vida debemos aprender nuestro lugar en el sistema familiar al que pertenecemos y honrar el sacrificio que en su día hizo nuestra madre, que no supo resolver su historia de otra forma.
Pero al mismo tiempo lo que hiciera nuestra madre no significa que nosotros no podamos tener nuestra propia vida (en otros ejemplos, las parejas o relaciones que queramos, o nuestra propia forma de criar a nuestros hijos).
Podemos dejar de lado ese dolor que no se cerró, esa tarea que no se resolvió de una mejor forma. Sintiéndonos un eslabón más entre lo que hubo y lo que habrá, entenderemos que lo que hubo es perfecto pues nosotros mismos somos el resultado de ello.
Aceptar las luces y las sombras de nuestra historia familiar, que forman parte de nosotros, es un paso indispensable para trascender. Y es cierto que puede costar más si en el transgeneracional descubrimos secretos de familia.
#4 Practica con estos dos ejercicios
El primer ejercicio puede suponer un reto para muchas personas. Sin embargo, es sumamente útil para tener más información acerca de la historia de nuestro clan familiar y además ejercer la empatía. Ambas cosas muy útiles en transgeneracional.
Se trata de que te sientes con familiares y que cada uno exponga cómo vivió un mismo hecho relevante para todos. La gracia está en que esto se haga no desde el dolor o la intención de culpabilizar al otro, sino desde el respeto al hecho de que cada uno pueda tener su propia vivencia.
¿Te cuesta imaginarte haciendo esto con tu familia?
Pues no te preocupes, el segundo ejercicio que te proponemos es individual y precioso. Podríamos decir que es meditativo y puedes hacerlo donde quieras y cuando quieras.
Consta de los siguientes pasos:
- Cierra los ojos.
- Siente que detrás tuyo, en el lado derecho, está tu padre. De pie, en actitud tranquila.
- Siente que en el lado izquierdo tienes a tu madre. Dedícate un rato a ello.
- Detrás de tus padres, y de la misma forma que están situados los tuyos, están tus abuelos y bisabuelos. Siéntelo.
- Ahora imagina detrás de tus bisabuelos pequeñas manchas blancas para los antepasados que existieron antes. Aunque ya no estén y no los hayas conocido, piensa que forman parte de ti.
- Toma conciencia de todas las personas que hay detrás de ti. Si sientes algo en tu interior, ya sea positivo o negativo, está bien. Dale espacio, permítete sentirlo.
- Mentalmente gírate y di “yo también formo parte de esta historia” y da las gracias a tus familiares por estar contigo.
- Abre los ojos poco a poco.
Con este ejercicio practicarás la actitud que se busca en la terapia transgeneracional.
Cómo aprender más sobre el transgeneracional
Si te ha gustado lo que has aprendido sobre el transgeneracional seguramente una de las cosas que más te interesen sea cómo hacer un árbol transgeneracional.
Es sin duda el primer paso para visualizar y ser consciente de secretos familiares, mandatos familiares y lealtades familiares inconscientes. Para ver lo que al final es la historia de superación de tus ancestros y cómo sus luchas personales han impactado en ti.
El resultado último es poder tener una actitud positiva de aceptación y agradecimiento al clan familiar para así poder trascender y vivir tu vida como quieras.
Pues en Instituto Ángeles Wolder tenemos un curso online de transgeneracional impartido por Marta Menéndez que es, en boca de los alumnos que lo han cursado, una maravilla. Échale un vistazo pues seguramente sea lo que estés buscando para tu crecimiento personal: https://institutoangeleswolder.com/producto/quien-soy-de-donde-vengo/
Y si además eres terapeuta, este curso de transgeneracional te servirá para incorporar una herramienta terapéutica más en tu consulta. Los protocolos transgeneracionales te ayudarán a progresar en aquellos casos que hasta ahora te resultaban complicados de solucionar pues no tenías esta mirada colectiva sobre el individuo.
Preguntas frecuentes de transgeneracional
¿Qué es transgeneracional?
Transgeneracional es cualquier cosa que tú tengas por algún episodio que un antepasado vivió en forma de trauma y que te ha sido transmitido por epigenética o mediante la educación familiar. Esta herencia transgeneracional se manifiesta de diversas maneras: creencias, conductas, pensamientos, adicciones, limitaciones, sentimientos, etc. En cualquier caso, este legado transgeneracional del cual eres inconsciente lo vives como un peso que llevas encima y que externalizas a través de la repetición o de la compensación. El transgeneracional investiga tu árbol para identificar estos mandatos inconscientes, a menudo ocultos bajo secretos de familia, y así ser consciente de la lealtad familiar que ejerces. Todo ello para que puedas honrar a tu familia y trascender dicha herencia transgeneracional para ser libre.
¿Hace falta notar algún malestar para acudir a terapia transgeneracional?
No. Puede que tu motivación principal sea la curiosidad pero ten por seguro que al dibujar tu árbol transgeneracional surgirán cosas que explicarán algún aspecto de tu vida actual del cual no eras consciente.
¿Cuál es el origen del transgeneracional?
Existen tres nombres a tener en cuenta en la creación de la terapia transgeneracional. El propio Sigmund Freud ya habló de la existencia de una transmisión intergeneracional a través del inconsciente. El también conocido Carl Gustav Jung, psiquiatra suizo y fundador de la escuela de la psicología analítica, indagó en la idea del inconsciente colectivo. Pero si hay un nombre indispensable en transgeneracional es el de la psicóloga francesa Anne Ancelin Schützenberger que es considerada la madre de la psicogenealogía.
¿Por qué existen repeticiones en el sistema familiar?
A menudo se observan repeticiones extrañas en el seno de una familia. Por ejemplo, varias generaciones de hombres que mueren el mismo mes del año y por causas similares o de mujeres que desarrollan bulimia a la misma edad. O que un hermano sea adicto al alcohol como su tío. O que tu primo perdiera todas sus posesiones al juego como en su día hiciera vuestro abuelo. Estas repeticiones dentro del mismo clan responden al hecho de que somos inconscientemente leales a nuestros ancestros y es nuestra forma de honrarles. En este sentido puede que tu hijo no pueda entrar en la universidad para no estar por encima de su padre que tuvo que ponerse a trabajar a edad temprana.
Siendo secretos, ¿Cómo pasan los secretos familiares de una generación a otra?
No es por telepatía sino por la unidad dual que existe entre una madre y su hijo. Si bien no ha podido demostrarse científicamente, en transgeneracional se cree que mientras el bebé está dentro de la madre éste sueña como su madre, lo que marca su memoria. Actualmente se está estudiando más sobre la transmisión epigenética para entender cómo se transmite la información transgeneracional.
¿Por qué existe un mayor interés por lo transgeneracional?
Al final todos buscamos sentirnos mejor. O si somos terapeuta queremos que nuestros consultantes se sientan mejor. Existen conflictos difíciles de solucionar si solamente vemos a la persona como un individuo aislado. El transgeneracional aporta una visión del individuo como parte de algo más grande, su sistema familiar, e indaga en ello para hacer consciente lo inconsciente, lo que hasta entonces cuesta de ver y entender.
¿Existe el libre albedrío según el transgeneracional?
Evidentemente. Otra cosa es que mientras los mandatos familiares están vigentes en nosotros a través de la compensación o de la repetición, no podamos disfrutar del libre albedrío. Pero justamente el transgeneracional nos permite liberarnos y vivir nuestra propia historia.
¿Qué diferencias y similitudes existen entre el transgeneracional y las constelaciones familiares?
Las memorias transgeneracionales investigan el árbol genealógico para identificar posibles repeticiones en el seno del clan familiar que puedan ser debidas a lealtades inconscientes que honren mandatos familiares. Por su lado, las constelaciones familiares hacen uso de las leyes sistémicas para observar el desorden familiar y cómo se relacionan las diferentes partes implicadas en un mismo problema. Ambas terapias buscan ayudar a sanar las relaciones personales dentro de la familia e identifican las fidelidades presentes en el clan familiar.
No me llevo bien con mi pareja. ¿Qué puede verse en un árbol transgeneracional?
Si bien los temas de pareja resulta altamente interesante analizarlos desde las Constelaciones Familiares, a partir del análisis de un árbol transgeneracional podríamos ver que tu pareja es un espejo de tu padre o que tú estás llevando la memoria de tu madre.