Uno de los aspectos que generan mayor controversia en relación a la Descodificación Biológica es la gran diversidad de enfoques que se sustentan en el trabajo terapéutico y de divulgación que realizan los profesionales o centros.
La Descodificación Biológica es un acompañamiento emocional complementario, no sustitutivo de ningún otro tratamiento médico, psicológico, sanitario o farmacéutico, que el consultante escoge libremente como método terapéutico. Debe aclararse que La Escuela de Descodificación Biológica no da consejos médicos y no corresponde a los profesionales de las terapias naturales suspender tratamiento alguno o no seguir los consejos médicos.
Este acompañamiento se basa en conocer el conflicto emocional asociado a los síntomas. Por tanto, busca conocer el mecanismo de codificación de las enfermedades (ya sean físicas, psíquicas, comportamentales o existenciales) que manifiesta el cuerpo para liberar al individuo de la carga de estrés de los problemas vividos antes de aparecer el síntoma. Por tanto, el objetivo de la DBO es acercar a la persona al punto de dolor para que descargue el estrés vivido, conozca las bases biológicas de la salud y la enfermedad, reconozca los conflictos y los exprese con el objetivo de mejorar el bienestar. Todo esto facilita y estimula el sistema inmunológico y armoniza la salud.
El Instituto Ángeles Wolder pone el énfasis en la capacitación y formación de los alumnos para que sepan acompañar a las personas que acuden a consulta a través del reconocimiento de los síntomas y la elaboración de las hipótesis biológicas que permitirán localizar el conflicto emocional asociado a un órgano concreto e iniciar el proceso terapéutico y de la práctica de los ejercicios más apropiados para el tema a tratar. Educar en la autorresponsabilidad de la salud es imprescindible para saber acompañar al otro, informar adecuadamente de la terapia a las personas que acuden a consulta y responsabilizarnos de nuestros actos.
Es responsabilidad de todos los profesionales que trabajan en el marco terapéutico, reconocer y respetar la relación terapéutica, entendiendo que la información que nos da la persona que acude a consulta forma parte de su historia, de sus vivencias y de una necesidad de buscar una solución de comprensión de esas vivencias y que todo ese material es confidencial. Para un abordaje responsable es recomendable recoger el máximo de información de la historia clínica y de diagnóstico de la persona que acude a consulta solicitando cuantos estudios complementarios disponga para mejorar la hipótesis de trabajo.
Las personas que acuden a consulta, nos regalan parte de su historia y comparten con nosotros su vulnerabilidad y vivencias. La enfermedad trae consigo, a veces, una cierta debilidad y la angustia por el sufrimiento asociado a las creencias sobre los síntomas que vive. Suele ser común que personas que acuden a consulta con síntomas crónicos o dolencias graves busquen LA SOLUCIÓN para curarse lo más rápido posible y sin dolor. Pero no nos equivoquemos, ese no es nuestro trabajo.
El buen terapeuta es aquel que acompaña desde una mirada integradora y respetuosa entendiendo que el proceso es individual y las personas que acompaña son responsables de su salud y acceden voluntariamente por lo que escogen libremente el camino que desean seguir.
Cada uno es responsable de su propio proceso y los profesionales acompañamos desde el mejor nivel profesional y humano desde el que nos encontramos. Recordar que nuestro paso por la vida de otra persona deja huella igual que el otro impacta en nosotros. Es nuestra responsabilidad supervisar nuestro proceso como terapeutas y acompañar con la mayor limpieza de alma posible. ¡Juntos lo hacemos posible!