Existen numerosas categorías en la psiquiatría de trastornos de comportamiento, con mayor o menor gravedad, tanto en la vivencia subjetiva del individuo como en su repercusión dentro del funcionamiento social. Tanta variedad de descripciones no ayuda a que los tratamientos funcionen mejor. En este artículo, María Velichko explica cómo se puede ver y tratar “la locura” de manera natural y respetuosa para la persona.
Los trastornos de comportamiento o conducta son los que se conocen popularmente como trastornos psicológicos y psiquiátricos. En la vida cotidiana cuando se habla de locura suele producir rechazo y miedo a padecer algo parecido. En mi recorrido personal y profesional de psicóloga, actualmente biopsicoterapeuta, pasé por estas emociones. Pude comprobar que son resultado de una falta de conocimiento sobre el funcionamiento del fantástico cerebro que poseemos los humanos.
El estudio de trastornos de comportamiento se lleva a cabo en el Instituto Ángeles Wolder al final del Diplomado en Descodificación Biológica. Una vez que los alumnos estén familiarizados con las leyes biológicas y los principales conflictos que afectan a los órganos, podemos pasar al estudio de los conflictos que afectan la mente.
Existen numerosas categorías en la psiquiatría de trastornos de comportamiento, con mayor o menor gravedad, tanto en la vivencia subjetiva del individuo como en su repercusión dentro del funcionamiento social. El último manual diagnóstico llamado DSM-V, que es la referencia mundial en psicología y psiquiatría, muestra una gran variedad de diagnósticos descritos. La gran variedad descripciones no ayuda a que los tratamientos funcionen mejor. Mi experiencia profesional demuestra todo lo contrario: cuantas más “etiquetas” diagnósticas lleva la persona, más se aferra a ellas y más le cuesta volver a la normalidad.
No obstante, desde la Descodificación Biológica tenemos una percepción original y distinta de la psiquiatría convencional. Utilizamos una mirada biológica.
Comprendemos que la mente, la emoción y el cuerpo se encuentran indisolublemente ligados. Los hechos psíquicos repercuten en el cuerpo fisiológico del mismo modo que los hechos somáticos tienen efectos en la mente.
Para resumir, me gustaría destacar que la base de una buena salud mental es la ausencia de conflictos duraderos sin resolución. Enfermamos mentalmente y cambiamos el comportamiento cuando sufrimos muchos conflictos simultáneos en un marco de tiempo prolongado. Con lo cual, toda terapia que ayude a encontrar soluciones reales a ellos es beneficiosa.
Nuestra salud se halla en la paz mental. La podemos conseguir con múltiples técnicas de relajación, meditación, escucha del cuerpo, visualizaciones, exteriorización de pensamientos negativos, liberación de emociones viscerales bloqueadas, la revisión y cambio de creencias que se dan en la enseñanza de la Descodificación Biológica u otras escuelas.
Utilice -incluso- las herramientas que conozca. Le ayudarán a que su mente pueda procesar lo que está pendiente todavía. Aprenda nuevas formas de ver la vida y de actuar para llegar a sus objetivos. Se le abrirá un nuevo mundo donde podrá vivir en paz y alegría, que sumando dan la felicidad.