Compartimos un artículo del abogado José María Lancho, experto en derecho tecnológico, publicado ayer en el periódico Huffington Post, que aborda el derecho de cada individuo de elegir o rechazar una terapia o un terapeuta.
Hay principios fundamentales que definen nuestro sistema de reglas, pero que luego resultan muy complicados de ser definidos desde éste. El más relevante en esta paradoja es la libertad. Nunca conquistada de una vez, la libertad, el derecho fundamental por excelencia, reside fragmentada en nuestro derecho en distintas parcelas: libertad de comunicación, libertad de ubicación espacial, de privacidad personal, de acceso a la información, de movimiento, de decisión de conducta,…
¿También hay… una libertad de opción terapéutica? Me refiero a ese espacio de derecho que tiene un ciudadano para decidir, debidamente informado, sobre el acceso o sometimiento a una determinada terapia o terapeuta, incluido su derecho a rechazarlas”.