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Los recuerdos

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Como nos cuenta Serrat en esta magnífica canción, Los recuerdos suelen contarte mentiras, se amoldan al viento, amañan la historia, tal como necesita nuestra existencia y la de nuestra familia, que ha ido guardando en cajones secretos todo aquello que se le hace insoportable vivir.

Así comienzan a acumularse los temas no aceptados que por vergüenza, miedo, frustración o dolor no han podido expresarse en su momento. Desde la Descodificación Biológica, trabajamos junto a la persona los secretos de familia en el Transgeneracional. Se guardan en la cripta familiar o lugar en el que la familia ha silenciado el horror que buscará emerger en algún instante, cuando menos se lo espere, mediante el fantasma. Estos conceptos fueron usados por Nicolás Abraham y Maria Torok para demostrar cómo las situaciones que se guardaron en una generación a la  2ª o sobre todo la 3ª generación aparecerán mediante un síntoma. Una abuela guarda en secreto el abuso realizado por su padrino cuando ella tenía 8 años.

Su nieta con 8 años sufre un intento de violación estando en un parque con una amiga.

Además, la historia de nuestra familia formará parte de la estructura sobre la que nos asentamos ya que nos cuenta de manera explícita o implícita las creencias, los valores, las normas y los límites y sobre ellos nos construiremos. En palabras de Serrat son el esqueleto sobre el que construimos, todo lo que somos, aquello que fuimos y lo que quisimos y no pudo ser. 

Los recuerdos se amoldan a la percepción de cómo vivimos nuestra realidad y esta se pone las gafas de toda nuestra biografía. ¡Cuántas experiencias! Muchas vienen de atrás y otras las construimos en el día a día en base a la información que tenemos y la que nos falta.

A una mujer de 32 años le diagnostican leucemia y le proponen un trasplante con algún donante de la propia familia. Es el momento en que se entera de un secreto bloqueado desde que nació: quien ella considera su hermana en realidad es su madre, y su padre un antiguo jefe que abusó de una jovencita sin experiencia en la vida.

Los recuerdos suelen 
contarte mentiras.
Se amoldan al viento, 

amañan la historia;
por aquí se encogen,
por allá se estiran,
se tiñen de gloria,
se bañan en lodo,
se endulzan, se amargan
a nuestro acomodo, 

según nos convenga;
porque antes que nada
y a pesar de todo
hay que sobrevivir. 

Recuerdos que volaron lejos 
o que los armarios encierran; 
cuando está por cambiar el tiempo, 
como las heridas de guerra, 
vuelven a dolernos de nuevo. 

Los recuerdos tienen 
un perfume frágil 
que les acompaña 
por toda la vida 
y tatuado a fuego 
llevan en la frente 
un día cualquiera, 
un nombre corriente 
con el que caminan 
con paso doliente, 
arriba y abajo, 
húmedas aceras 
canturreando siempre 
la misma canción. 

Y por más que tiempos felices 
saquen a pasear de la mano, 
los recuerdos suelen ser tristes 
hijos, como son, del pasado, 
de aquello que fue y ya no existe. 

Pero los recuerdos 
desnudos de adornos, 
limpios de nostalgias, 
cuando solo queda 
la memoria pura, 
el olor sin rostro, 
el color sin nombre, 
sin encarnadura, 
son el esqueleto 
sobre el que construimos 
todo lo que somos, 
aquello que fuimos 
y lo que quisimos 
y no pudo ser. 

Después, inflexible, el olvido 
irá carcomiendo la historia; 
y aquellos que nos han querido 
restaurarán nuestra memoria 
a su gusto y a su medida 
con recuerdos 
de sus vidas.

Letra de Joan Manel Serrat, Los Recuerdos (2002)

La expresión sincera del dolor profundo, el nombrar lo que no ha tenido palabras para ser dicho en otro momento, el reconocer lo que hubo y cerrar círculos inconclusos son la forma de acercarnos a una mayor armonía y equilibrio interior. Es una propuesta antes de que el olvido acabe carcomiendo la historia.

© Instituto Ángeles Wolder – Todos los derechos reservados.

Aclaración: La Descodificación Biológica es un acompañamiento emocional complementario, no sustitutivo de ningún otro tratamiento médico, que el cliente escoge libremente para su bienestar emocional. Debe aclararse que el Instituto Ángeles Wolder no da consejos médicos ni recomienda finalizar ningún tratamiento.

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Ángeles Wolder

Ángeles Wolder

Directora Instituto Ángeles Wolder. Autora del Libro “El Arte de Escuchar el Cuerpo” y de "El reflejo de nuestras emociones: la descodificación de los sentimientos a través del cine" y "Hambre Emocional". Es licenciada en Kinesiología, Profesora en Enseñanza Universitaria, Licenciada en Antropología Social y Cultural, licenciada en Psicología y Máster en Psicosociología. Desde hace 10 años se ha centrado en comprender y observar cómo el ser humano y la humanidad gestionan los conflictos emocionales.
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