Todos conocemos la palabra “depresión”. Al oírla, enseguida, la mente nos lleva a una mezcla de emociones de tristeza, fatiga, falta de interés y placer en la vida. A veces la depresión puede durar varios meses o varios años. Lo único que está claro y sabemos todos es que nadie está feliz durante una depresión.
Las soluciones farmacológicas y tratamientos psiquiátricos dan resultados tan sólo durante un breve espacio de tiempo y después todo vuelve a su situación original. Las estadísticas sobre este trastorno hablan de 350 millones de personas que lo sufren en todo el mundo. Y este número va creciendo.
Sin embargo, desde la perspectiva de la Descodificación Biológica, podemos ver este trastorno tan común como un mecanismo de adaptación de la sabia madre naturaleza en las personas.
Todos los seres vivos sanos queremos alejarnos de lo negativo (el dolor, el sufrimiento, etc.) y buscamos lo positivo (el bienestar y el placer). Es un mecanismo biológico natural que permite conservar la especie. Sin embargo, cuando sufrimos la depresión este mecanismo no se activa y seguimos haciendo algo que es negativo para nosotros.
Cuanto más profunda es la depresión en un ser humano, mayor es la apatía y la anhedonia, es decir, incapacidad de disfrutar y sentir el placer, y más difícil y largo es el camino de retorno. Por ello, es importante estar muy atentos a los siguientes indicios de depresión que podemos encontrarnos en la vida cotidiana.
Inicialmente se manifiesta con aburrimiento, pesimismo, falta de tono muscular, ganas de evadirse, dejar de hacer lo que se está haciendo y de no hacer nada. Después, estas señales se agravan y aparece la sensación de que no hay solución, falta de ganas de vivir y pensamientos suicidas. Estas son claras alarmas para pararse y decirse a uno mismo que hay que cambiar la mirada y la actitud hacia su propia realidad.
Sólo el hecho de aceptar la depresión como una enfermedad que viene a curarnos, nos permite dejar de estar en alerta mentalmente contra ella y abandonar la lucha contra esta parte de uno mismo con fármacos, tratamientos de choque o de actividad frenética bajo una exigencia del tipo “¡anímate, hombre!”.
Además, este diagnóstico ofrece a la persona un espacio y un tiempo que le llevará a conocerse y a descubrirse a sí misma como nunca lo había hecho en su vida.
Las personas que acuden a mi consulta con depresión, empiezan por aceptar un cambio en su mirada frente esta: “este mal es como un bien”. A partir de allí se inicia un nuevo camino en la vida del consultante que le lleva a otras dimensiones de alegría y tranquilidad en el día a día.
8 comentarios en «Depresión»
Me interesa saber más sobre la depresion. Ya que muchos antepasados en mí familia murieron de esta enfermedad. Incluida mí abuela materna. Y yo me estoy sintiendo de esa manera.
Hola Mónica, está bien poderse dar cuenta de que esta enfermedad pasa de generación a generación y por lo tanto, es importante revisar el árbol genealógico con un profesional de la Descodificación Biológica.
Hola , me interesa saber más sobre los miedos y el estrés , y tratarlos ya que me están afectando bastante , después de cumplir los 50 !! Gracias , saludos
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Quiero lograr vivir feliz y dar eso a mis hijos. Hace más de 20 años que tengo depresión. Y ya no se que hacer. No salgo. No disfruto no vivo
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Hola, como puedo agendar una consulta para tratar la depresión?
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